viernes, 22 de febrero de 2013

El spinning nocturno



                              El spinning nocturno 


Durante años, muchos de nosotros, los pescadores, hemos creído, que cuando baja el sol y la siempre impresionante luna llena sale a relucir los predadores dejaban de cazar, y nada más lejos de la realidad, pues los peces depredadores y especialmente la lubina aumentan su actividad y aprovechan la penumbra para alimentarse de algún desgraciado pececillo que entre en su territorio de caza. Otras especies, sin embargo, requieren la oscuridad casi absoluta de la luna nueva.




Está sobradamente comprobado que los peces no cazan orientándose solo con la vista, sino que se valen de otros medios de percepción, como es la línea lateral, que les ayuda a percibir las vibraciones en el medio acuático, incluso con el mar muy picado, método de percepción especialmente usado por la lubina, que es capaz de percibir las vibraciones y localizar un pequeño señuelo con el agua turbia, por la noche, con olas de 2 metros...





En la acción de pesca nocturna no es del todo conveniente imprimir demasiada velocidad a las muestras que lancemos al agua, ya que los peces no disponen de la ventaja visual que les da la luz del sol, pero si que eligen lugares para cazar con iluminación artificial que se proyecte sobre la lamina de agua, farolas, paseos, focos, escolleras iluminadas, bocanas de los puertos, y si estos son puertos pesqueros, pues mejor, ya que el cebado que “tan amablemente” realizan los barcos profesionales en esas aguas atraen a más peces de lo que imaginamos...
Estos lugares son adecuados para pescar por la noche por varias razones:
La primera y más importante; Es por nuestra propia seguridad, ya que moverse por un resbaladizo pedrero, por muy bien que lo conozcamos, puede traernos graves caídas, y las piedras no están muy blanditas que digamos, (eso es algo que, desgraciadamente, la mayoría de los pescadores conocemos, verdad?) Otro motivo que justifica la elección de estos lugares es que haya luz que ilumine el agua, ya que esto atrae a los pequeños peces y, estos, a su vez, a los depredadores.
Insisto, el encontrar lugares en los que tengamos luz proyectada en el agua es casi primordial en esta pesca. Muchas veces nos encontraremos densos bancos de pececillos en el lugar, y observaremos que los depredadores hacen caso omiso a la muestra que lanzamos que imita al pez pasto que atacan; el motivo es que se “pierde” entre tanta comida al caer en el interior del cardumen de pez pasto. Una muy buena opción, es utilizar un señuelo que destaque entre el banco de pececillos, bien sea por su color o por su tamaño, o por ambas cosas. 




No tengamos miedo a utilizar colores fluorescentes, como amarillos, naranjas, verdes, blancos. Ni señuelos que vayan desde los 13 a los 17cm de largo.

                           


Cuando vamos a pescar de noche puede ocurrir cualquier cosa. Si la pesca nocturna se pudiese comparar a algo, Forest Gum diría que se parece a una caja de bombones, que al abrirla no sabes nunca que clase de bombón te va a tocar.
Y dado que vamos a pescar de noche a spinning, nos centraremos en la pesca de dos de las especies nocturnas más representativas de esta modalidad, la lubina y el espetón o barracuda mediterránea.


Seguimos hablando de la escurridiza lubina

Las Labrax gustan de aguas algo más batidas que los espetones, siendo las dos primeras horas de la noche las que mejores resultados nos han dado con señuelos de pequeño tamaño, 9-11cm y sin rattling.
Personalmente me gusta que el mar de fondo esté muy fuerte y las zonas con piedras tipo "canto rodado”, del tamaño de una pelota, con verdín en la orilla, y si está en descomposición, mejor que mejor. Esas zonas son ricas en Salpa, (Salema) y con el mar de fondo, estas se resguardan entre las piedras de la orilla, a la vez que se alimentan de esas resbaladizas algas... Las lubinas lo saben y con la tranquilidad de la noche vienen a buscarlas 


La táctica a seguir es pescar todo lo alejado de la orilla que podamos, ya que las lubinas se meten a la mismísima zona que se queda en seco al bajar la ola, y ese es el momento que debemos utilizar para lanzar nuestros señuelos, cuando la ola ha invadido la mayor porción de arena, pues en su retroceso la corriente coge al señuelo "de cara" y lo hace trabajar estáticamente. Suele ser en esos momentos en los que podemos tener la picada.
Suelo pescar en estos escenarios, por la noche, con señuelos color fluor de colores naranja y amarillo y que tengan movimientos amplios (el Jointed de 9cm de Rapala es mi fetiche), cuando el agua del mar está turbia. 

Este tipo de pesca, tiene por contra, que la ola deja al pez en seco inmediatamente y las siguientes olas lo revuelcan, provocando un casi inevitable desanzuelado de la presa en el 80% de los casos, pero es la técnica que he encontrado más efectiva para esas grandes lubinas resabiadas . 
Cuando no se encuentran en la orilla los peces, pero tenemos mar de fondo, un señuelo ruidoso y que vibre mucho (adoro el Chase Minnow Amarillo de María en su tamaño más grande, y el Xrap de Rapala en el mismo color), aguanta muy bien esas olas del y trabaja muy bien hasta cuando lo paramos en esas "corrientes" de retorno de la ola. 

El trabajar de esa manera un minnow, al principio es algo engorroso, pero con la experiencia adquirimos ese "tacto" para dejarlo trabajar estático. Se trata de un juego de habilidad al que a veces cuesta acostumbrarse y, que dependiendo de la fuerza de la resaca y del escenario, cada día distinto, nos damos cuenta de que las lubinas, en otras tantas ocasiones, cazan con una técnica diferente, aunque entran con cada ola a buscar el alimento.
De tal forma que encuentran nuestro señuelo allí, en el rebalaje, y obtendremos, en mi opinión, muchas más picadas, que si atravesamos todas las olas con la muestra que lanzamos.
Suelo pescar en muy poca profundidad, alejándome de la orilla en la medida de lo posible, guardo silencio y me agacho porque cazan literalmente a nuestros pies, parece una tontería, pero no encender una linterna y el llevar ropa oscura ayuda, y mucho. Hay que tener en cuenta que el pez, a veces, está a menos de 3 metros de nuestra posición y podemos asustarlo con facilidad. El no desplazarnos demasiado, y si lo hacemos, que sea andando alejado de la orilla, es muy importante.

La posición del puntero de la caña, en la altura a la que lo tengamos, es también una gran ayuda, cuanto más bajo, mejor, pero sin tocar el fondo demasiado.


                                 



Al no ser recogidas continuas, también es más difícil enrocar.
En cuanto a fase lunar..., de todo hay y no me obsesiono con ello, pero sí condiciono los colores de las muestras. En las noches de mucha luz, me decanto por colores oscuros, y en la penumbra mas cerrada, amarillos y blancos
Del mismo modo, cuando en la zona sabemos que hay lubinas, pero el agua está transparente y más quieta de lo que nos gustaría, los vinilos sin plomar son una muy buena opción para conseguir engañar un ejemplar.



En cuanto al equipo se refiere, una caña ligera y flexible nos ayudará en esta forma de pesca en la que el 90% del tiempo gastaremos minnows. Una caña de entre 2.40-2.70, con un CW 15-40, acompañada de un carrete tipo “4000 de Shimano”, es decir, un carrete que pese entre 320-400gr. Y que, a su vez, vaya cargado con una línea trenzada de 15 a 20lbs y con un bajo de también 15-20lbs, (0.30 a 0.40mm) será más que suficiente.


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