Conservación de la línea
Más que un truco esta es una recomendación que
nos va a permitir optimizar nuestro equipo y sobre todo no perder buenas piezas que de vez en cuando nos entran y que por desgaste del sedal o por rozaduras de pesqueras anteriores, acaban perdiéndose tras partir el hilo por uno de esos puntos críticos. Está claro que cambiar de sedal las bobinas cada dos o tres pesqueras nos supone un coste demasiado elevado, pero tratándose de sedales muy finos, en torno al 0,14, 0,16 y 0,18, debemos considerar que la acción del salitre, del sol, de los esfuerzos y de las rozaduras con las piedras, provocan que la resistencia nominal de ese sedal baje hasta casi la mitad en determinados puntos, y pretender sacar un buen pargo de talla, cuando no una inesperada dorada con tan escasa resistencia, es muy mal camino... Lo aconsejable es sanear el nudo de unión del puente tras cada salida de pesca, y sustituir la carga de la bobina cada cinco pesqueras, posiblemente el hilo aguantaría alguna jornada más, pero si nos arriesgamos, podemos 'disfrutar" de una buena captura que se escapa irremediablemente. Tenemos una opción para aprovechar un poco más ese sedal siempre que repasándolo no veamos cristalizaciones ni rozaduras, y es invertir la carga y pasarla a otra bobina para cuando pesquemos en una zona de lance corto, ahí el tramo de esfuerzo será el que estaba más reservado en la primera bobina. Sobre todo ello, recordemos, limpieza inexcusable con agua dulce tras cada salida de pesca y dejar secar las bobinas en un lugar de luz tenue, nunca en el exterior y menos donde pueda darle el sol, y si tenéis sitio en la mochila, un pulverizador con agua dulce para dar un repaso a las bobinas en el momento de recoger para irnos a casa (vamos pulverizando la bobina según recogemos tras el último lance), viene fenomenal para una mejor conservación del sedal.
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