jueves, 14 de febrero de 2013

Plomo corredizo convertido en plomo final






Plomo corredizo convertido en plomo final




Se nos puede presentar un caso en el que te juremos en siete idiomas diferentes: necesitar montar un aparejo con plomo final y bien no llevamos plomos para este montaje, o los hemos perdido tras varios enroques. Bien, que no cunda el pánico, hay que ser resolutivos y emular a McGiver con lo que tengamos a mano en pleno pesquero. No debe faltar en nuestra caja o mochila de pesca un trozo de cordel de nailon, del empleado para los rieles de las cortinas de casa, lo encontramos con facilidad tanto en ferreterías como en tiendas de decoración; con un plomo para montaje corredizo (desprovisto de alambre ni argolla, de los plomos que  conservan el hueco pasante de arriba abajo), vamos a resolver el problema. Cortamos treinta centímetros de cordel y lo pasamos por el plomo, bastará hacer un nudo tipo nudo de sangre en la parte baja, y un nudo de lazo doble en la parte superior dejando entre uno y dos centímetros entre éste último nudo y el cuello del plomo. A continuación, con un encendedor o cerillas (que tampoco deben faltarnos, yo llevo un encendedor eléctrico de tipo barbacoa o calentador de gas, van fenomenal y no se inutilizan con la humedad como las cerillas), quemamos con cuidado el sobrante de cada nudo para asegurar el remate y evitar interferencias en el vuelo del plomo camino del agua. Ya podemos lanzar con toda nuestra intención, este montaje resiste la fuerza de lanzado sin problema alguno, parece una tontería, pero funcional, y lo que es mejor, podemos realizar el montaje que en principio nos parecía imposible.





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