martes, 4 de junio de 2013

Pesca en playas



                                Pesca en playas




No hay nada más erróneo que englobar bajo la definición "pesca en playa" a todo el complejo mundo del surfcasting. Cada playa tiene sus características que las hace única, y cada una de esas características será responsable de la existencia o no de una determinada especia, y su preponderancia sobre las demás.

Las playas poseen todo lo que el pescador puede desear: comodidad y abundancia de pesca. Pero no es oro todo lo que reluce, ni todas las playas igual de productivas a la hora de buscar buenos ejemplares. El tipo de fondo, las corrientes, el oleaje, etc, son determinantes a la hora de practicar la pesca.



Fondo de las playas

Lo más importante que debemos observar en una primera visita a la playa es el material sobre el que vamos a colocar nuestros cebos. Básicamente podemos dividir las playas en tres categorías, según la composición de su fondo, aunque pueden producirse alternancia de estos en un mismo escenario.


- Playas de fango:

No son playas propiamente dichas, pero albergan algunas especies de indudable interés para el pescador. Se suelen formar en lugares con abundante sedimentación orgánica, salidas de rías o estuarios. Son lugares muy ricos en alimento, y es frecuente la presencia de todo tipo de anélidos (nereidos y arenícolas), además de crustáceos (galera, cangrejo).
En este tipo de playas podemos encontrar las siguientes especies: salmonetes, peces planos (lenguado, solla, platija, rodaballo, etc), sargos, y en menor medida lubinas.

- Playas de arena:

Se trata de la playa por excelencia, tanto para los peces como para los humanos. La playa de arena guarda una gran vida interior: desde los moluscos bivalvos (coquinas y otros parientes de las almejas) hasta los crustáceos o anélidos.
Podemos encontrar las siguientes especies: peces planos, rayas, lubinas, bailas, herreras y sargos. También entrarán palometas y ánjovas.

- Playas de canto rodado:

 No son las más productivas en cuanto a pesca se refiere. De hecho los guijarros y cantos rodados albergan mucha menos vida que la arena o el fango y, por tanto, los peces no las suelen frecuentar en sus correrías de caza. Aún así no es raro que este tipo de playas alternen con grandes formaciones rocosas, donde sí es muy probable que abunden crustáceos, algunos tipos de anélidos y pequeños animalillos, en general.
Pueden encontrarse lubinas, bailas y sargos...




Gradiente y profundidad


El gradiente (pendiente o inclinación de la playa) es el responsable, junto con las mareas, de la profundidad que tendrá la playa, así como de las olas que se formen. A menor profundidad se corresponde un mayor número de olas, y por tanto un mayor efecto erosivo de éstas sobre los fondos. En definitiva, un mayor poder de atracción para algunas especies. Según el gradiente o perfil de las playas podemos clasificarlas en:


- Someras:

 Con gradientes muy pequeños y perfil cercano a la horizontal, se caracterizan por un mayor oleaje (más número de olas pero no excesivamente grandes en altura) que remueven el fondo con facilidad. En estas playas podemos introducirnos con facilidad en el agua (a veces incluso más de 100 metros) lo que nos obligará a disponer de una buena reserva de línea en nuestro carrete (imprescindibles más de 200 metros). Además, y dado que no hay demasiada capa de agua, los movimientos de las corrientes no suelen ser importantes, lo que nos permite pescar "fino", con líneas de 0,25 mm por ejemplo, y plomos de apenas 100 gramos si se corresponden con la acción de la caña.
Asimismo estas playas son las mejores para pescar con tiempo calmo. Esta facilidad para crear olas, aunque sean pequeñas, atraerá algunos peces que como única condición requieren que exista un mínimo movimiento de aguan que remueva el fondo.
En estas playas las especies típicas son la lubina (de talla generalmente pequeña) y en menor medida la baila. También podremos encontrar bailas y herreras.




- Medias:

 Tienen un gradiente mayor que las someras, lo que hace que se presenten unas características diferentes. Las olas son menos numerosas que en el caso de las playas someras, con una cadencia más lenta (más distancia entre crestas) y con mayor altura. Estas olas removerán el fondo. Empiezan a darse corrientes de cierta importancia, lo que nos obliga a sobredimensionar un poco el equipo, y no es raro que con cierto mar de fondo nos encontremos con algunos problemas para mantener el aparejo en la "zona caliente".
Estas playas son buenas para encontrar lubinas (cerca de la orilla), el sargo y la herrera (algo más lejos) y los peces planos y grandes depredadores (muy lejos).

- Abruptas:

 Son aquellas con ángulos de caída más abiertos. Nos encontraremos con que las olas serán más escasas y cercanas a la orilla aunque, eso sí, mueven mucha más agua y arena. Estas playas suelen ser las mejores para tentar grandes peces que en otros lugares no son tan accesibles al pescador. Esto, unido a que es más que probable que nos encontremos con grandes corrientes, nos obliga a sobredimensionar en cierta medida nuestro equipo.
En estas playas encontraremos una gran variedad de especies, desde la herrera hasta la lubina o el sargo, pero estas playas son especiales para peces planos y rayas. También hay posibilidades de capturar anjovas, palometones y puede que corvinas.





- Mixtas:

 No todas las playas tienen un perfil constante a lo largo de su extensión. Es más, algunas de las mejores playas para la pesca las podemos considerar como mixtas, es decir, con diferentes pendientes y abundantes accidentes dentro y fuera del agua.
Esto nos viene muy bien, porque cuanto más complicada sea una playa (más rocas sumergidas, hondonadas, resaca, ...) menos interferencias tendremos del exterior por parte de bañistas o aficionados a otros deportes.




Corrientes subacuaticas


Las corrientes pueden producirse por varias causas. Se pueden deber a cambios en la temperatura del agua, por la mar de fondo, por el oleaje, por la orografía del fondo marino o por entradas de aguas procedentes de tierra. En cualquier caso el resultado siempre es el mismo: son incómodas para el pescador pero necesarias. Lo peor que nos podemos encontrar es una corriente paralela a la línea de playa. Los aparejos se desplazan sin control, y en pocos minutos se arruina el mejor de los lances

Las corrientes que se producen en las playas son realmente peligrosas para los bañistas, pero muy útiles para los pescadores. Estas corrientes son las responsables de que se formen las pozas y alteraciones en el fondo, lo que nos resulta especialmente útil. Las playas uniformes a lo largo de toda su extensión pueden albergar pesca, sin duda, pero se encontrará muy repartida, por lo que a nosotros nos conviene que existan alteraciones, bien en forma de rocas, desniveles, oquedades, etc.
En un fondo tan poco compacto, como la arena, las corrientes remueven y levantan todo lo que encuentran a su paso, descubriendo el alimento oculto, cosa de la que se aprovechan los peces. También se aprovechan de las corrientes para utilizarlas como "cinta transportadora" y así ahorrar energía en sus desplazamientos.
Hay un tipo de corriente especial para el surfer. Se trata de la que va de tierra hacia mar adentro. Sin duda es la mejor para la pesca. Y si algún día (o noche) notas que el aparejo "te pide línea" para llevarse el cebo mar adentro ... aprovecha tal situación.





Entradas de agua dulce


Lo mejor que nos puede pasar, y que podríamos definir como "la playa ideal" es encontrarnos ante un inmenso arenal de profundidad media en el que se forman tres o cuatro olas, con continuos cambios de profundidad ... y un pequeño arrollo adentrándose en el mar. Algunas de estas entradas son aprovechadas por peces de pasto (desde lisas hasta angulas) o en su defecto arrastran materia orgánica, lo que hace de la zona de mezconlanza entre agua dulce y salada un lugar extremadamente fértil, con abundancia de microorganismos. La base, en definitiva, de la cadena trófica.





Roca


Las rocas sirven de hogar a multitud de animalillos, desde el cangrejo hasta el mejillón, el gusano o el pequeño gobio que vive en las grietas. La roca es sinónimo de vida, y forma unas pequeñas rompientes que atraen a sargos y lubinas.

Muchas veces son fácilmente identificables a simple vista, pero otras son fuente inagotable de enganches y aparejos perdidos. Lo ideal sería localizar las zonas en las que las rocas formaran pasillos de arena, en los que se puede lanzar con comodidad. En caso contrario, lo más cómodo es buscar grandes rocas aisladas.



Y no menos interesantes son el final y principio de la playa, que en ocasiones coinciden con formaciones rocosas de cierta importancia. Sólo hay un punto negativo, y es que las rocas deben existir, pero en su justa medida. Si entramos en una zona con muchas grietas y cuevas lo más seguro es que los pequeños congrios arruinen nuestros aparejos.



Los cebos recomendados


Los mejores cebos para las playas son los que podríamos denominar "de arena". Estos son gusanos de todo tipo (arenícolas, titas, etc), crustáceos (galeras y cangrejos de playa), moluscos (navaja, calamar, chipirón) y en menor medida otros peces (sardina).

Es muy frecuente que la elección del cebo nos la marque el mismo mar, pues de nada sirve utilizar el mejor cangrejillo que encontremos en un mar embravecido con olas de dos metros. Y viceversa, con la mar como un plato podemos utilizar anélidos muy blandos o pequeñas sardinitas.
Otro factor decisivo a la hora de elegir entre uno u otro cebo es la especie que abunde o pretendamos pescar. Evidentemente no es lo mismo ir a por salvajes anjovas que intentar la pesca de la siempre tímida herrera.



Día o noche


La elección de pescar durante la noche o en pleno día nos la marcan varios factores, que son:


- La especie que buscamos:

 Algunos peces (la mayoría) presentan mucha más actividad durante la noche, o en los momentos de transición entre dos luces (orto y ocaso). Este es el caso de las lubinas y los sargos. Otros, aunque no desprecian la noche, son presa habitual durante el día, como ocurre con las doradas o las herreras.

- El oleaje:

 Como hemos visto es la verdadera clave para la pesca en las playas. Por eso, si apenas hay olas, las mejores posibilidades de éxito pasan por pescar de noche. Algunas especies como las doradas, gustan de aguas tranquilas y poco oleaje.

- Marea:

 Con mareas muertas podemos intentar la pesca bajando, pero en playas lo más habitual es aprovechar la subida. Más concretamente las tres horas antes de la pleamar. Si estas horas coinciden con el anochecer entonces la marea promete.






Una buena estrategia


Siempre que podamos, lo mejor que podemos hacer antes de ir a pescar a un lugar desconocido, es otear el terreno en varios momentos de la marea, desde la bajamar hasta la pleamar. De esta forma podemos observar las irregularidades del terreno, las corrientes que se forman y, en definitiva, dónde debemos pescar en cada momento de la subida de la marea.

Supongamos que comenzamos nuestra jornada de pesca en una playa desconocida. A priori no sabemos qué especie es la predominante, pero debemos explorar con dos cañas hasta localizar la pesca. Actuaremos de la siguiente forma:

- Una buena estrategia es acudir a cebos comodín, aquellos que nos sirven para cualquier pez, como por ejemplo los gusanos, cangrejos o moluscos como la navaja o el muergo.

- Montaremos aparejos con anzuelos no demasiado grandes. Con lubinas no tendríamos problemas con anzuelos del 1/0, pero los espáridos tienen la boca más pequeña.
- Lanzaremos una caña a una distancia prudencial (no más de 50 metros). Nos servirá para explorar las primeras rompientes, las más cercanas a la costa.
- La segunda caña la lanzaremos todo lo lejos que podamos. Con un buen equipo podremos alcanzar los 100 metros. Esta caña será la encargada de buscar sargos, peces planos o rayas.
- Seguiremos explorando a distancias intermedias a medida que se sucedan los lances: 60 metros, 70 metros, hasta que obtengamos resultados.
No es infalible, pero siguiendo los puntos anteriores llevaremos a cabo una estrategia que nos permitirá explorar todas las distancias y, por tanto, aumentar nuestras probabilidades de éxito.
Si tuviésemos que escoger una playa como idónea, sería de inclinación media, con formaciones rocosas, una entrada de agua dulce, y por supuesto con más de tres olas.

Los más veteranos de la pesca se guían por la regla de que el "lance debe superar la tercera rompiente, porque es donde se encuentran los peces". Esto no es, como resulta evidente, una regla fija. Lo que sí es muy recomendable es que exista esa tercera rompiente. Algunos peces, como la lubina, se acercan muchísimo a la orilla (no sería la primera vez que las descubrimos entre nuestros pies cuando nos en el agua para lanzar), mientras que otros se mantienen a más distancia. Pero lo que sí es evidente, se trate de la especie de la que se trate, es que el oleaje es la clave para que estos peces se sienten atraídos por las playas. Si no hay olas no hay peces, así de sencillo.




Especies


La pesca en la playa se centra en las siguientes especies:


- Lubina:

Prefiere playas someras, aguas movidas, sin demasiada profundidad, con muchas rompientes que levanten el fondo, y mejor todavía si existe una entrada de agua dulce.

- Baila:

Tiene un comportamiento similar a la lubina, aunque es algo más tranquila y prefiere menos oleaje.

- Sargos:

Por pura complexión (es de perfil muy alto) no puede evolucionar en poco agua. Por este motivo lo encontraremos en playas con cierto desnivel y un mínimo de oleaje, o en caso contrario a una mayor distancia que la lubina. Si además existen abundantes rocas en la cercanía (no olvidemos que el sargo es un consumado marisquero) estaremos en el lugar perfecto.

- Corvina:

 Frecuentan sobre todo playas cercanas a algún tipo de desembocadura de agua dulce, pero siempre están a grandes distancias de la orilla. Por eso los pocos ejemplares que se pescan desde la orilla se capturan con mareas vivas, aprovechando la subida para mantener el cebo a más de doscientos metros de la orilla.

- Dorada: 

 De complexión muy fuerte y dentadura poderosa. Le gustan las aguas tranquilas y los días soleados, los mejores momentos para su pesca coinciden con el amanecer aunque se pueden pescar a lo largo de toda la jornada. También de noche podemos sacar buenos ejemplares.

- Peces planos:

 Por su propia configuración física los peces planos (pleuronectos) nos indican ya que su fondo habitual es el arenoso. Sin embargo no están preparados para evolucionar por el oleaje, por lo que solo los encontraremos en aguas tranquilas o muy lejos de la costa.

- Rayas:

 Tienen un comportamiento muy parecido al de los peces planos: se mantienen alejados de la orilla y huyen de los lugares o momentos en los que el oleaje es excesivo.

- Anjova:

 frecuenta la playa, pero se mantiene muy lejos, rara vez a distancias inferiores a los 100 metros. Necesitan bastante agua bajo ellas y por eso sólo se acercarán a la orilla de playas con mucha pendiente.

- Palometón:

 De comportamiento radicalmente opuesto a la ánjova, el palometón llega a quedarse literalmente varado en la orilla durante sus cacerías de lisas. Así pues, a este pez no le importa demasiado la distancia ni la profundidad cuando se encuentra cegado por la búsqueda de alimento.



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