viernes, 12 de abril de 2013

Anillado de cañas







                        Anillado de cañas




                     


Antes de empezar

El Rod building, tal y como lo conocemos hoy, dista mucho de la mera labor de sustitución de anillas. Mucho más cerca de la artesanía, y del afán continuo de mejora, que de una labor puramente correctiva, se convierte en una actividad fascinante que permite personalizaciones, de otra forma impensables, en muchas de nuestras varas.
Pretenderemos ser todo lo gráficos que nos sea posible. Así que, dispongámonos a la obra.

Imprescindibles:

Una caña que se preste al cambio.

Personalmente os aconsejaría aquella que, desde hace algún tiempo, esta durmiendo postergada por nuevas compañeras y, así, darles la oportunidad de volver a pescar.

Una pequeña inversión.

El Rod building, si lo queremos de calidad, es caro en su primera inversión ... digan lo que digan. Pero, también es cierto que, un buen anillado semiprofesional o profesional, tiene un coste de entre 10 y 20 euros por anilla. Así que, tras el primer susto, todo resulta más económico.

Tiempo y ganas de perfeccionarse.

Si algo tenemos que tener meridiano es que, siempre, estaremos aprendiendo. Solo la vanidad de quienes se consideran por encima de los demás es comparable, en tamaño, a la ignorancia de cuanto pierden por negarse a seguir aprendiendo.

Visto esto dividiremos, para hacer más cómoda la labor, el proceso en cuatro partes independientes entre sí. De esta forma, cuando elementos, tiempo o ganas no estén al completo, podremos ir generando el cambio poco a poco.


Descosido de las anillas.

Sea por el uso, sea por la calidad original, sea por el afán de personalizar nuestras varas, sea por que nos gusten los retos, en definitiva, sea por lo que sea, hemos decidido que es hora de cambiar nuestras anillas.

Para ello comenzaremos por proteger con cinta de carrocero el nacimiento del antiguo cordaje de nuestra vara. Evitaremos con esto manchar en masía y además, como veremos, nos servirá para realizar una importante referencia. Mediante un cúter y si es necesario, la aplicación de calor, procederemos a retirar el antiguo anillado. Esta labor es delicada y, como en todo el proceso, hemos de estar dispuestos a realizarlo tranquilamente. No hay ninguna prisa.

Comenzaremos trabajando sobre la cordura que existe por encima de la pata metálica para no dañar la vara y, a continuación y manteniendo el cúter casi paralelo a la misma para evitar cortes o daños en la misma, retiraremos el resto del anillado. .



Descosida la primera pata se aconseja, antes de retirar el cordaje de la segunda, que tomemos referencia de la orientación exacta de la anilla original sobre la cinta. Esta nimiedad nos ahorrará mucho tiempo si tenemos la certeza de qué, nuestra caña, tiene las antiguas anillas bien alineadas con la espiga.
En este caso, partimos de la base en qué tenemos las certeza de que están correctamente anilladas para el lance con fijo y es lo que deseamos mantener.


Así que, tras marcar la alineación de la primera pata, retiraremos el cordaje de la segunda, y limpiaremos bien el pegamento incrustado en su ubicación.
Una vez finalizada esta labor en todas las viejas anillas, pasaremos a la segunda fase.

El anillado.

Es tal vez esta labor la fase más bonita y colorista del trabajo.
Escoger los colores, definir los motivos o integrar los hilos que crearán la composición es lo más creativo del proceso.
En este caso, que no vamos a descubrir las américas, nos decantáremos por unos colores tradicionales y muy sufridos, el rojo fuego y el oro.



Para realizar esta primera parte del trabajo necesitaremos.
- Las anillas nuevas que sustituirán a las antiguas.
- Los hilos necesarios ( es fundamental que su composición sea 100% nylon para evitar que abran pelusas y para que su aspecto quede uniforme). El más socorrido es, para cañas con las envergaduras que usamos, el tipo D pudiendo escoger entre el normal, el metalizado, o una mezcla de ambos y, estando mundialmente reconocidos los de la firma Gudebrod como referente de calidad.
- Cinta adhesiva o pegamento caliente en barra.
- Cúter o la hoja de una cuchilla de afeitar.
- Un útil para ir asentando paralelamente las espiras del hilo. Con un objeto romo y plano, preferiblemente en madera, nos bastará.
- Un trozo de papel de lija o, mejor aún, una piedra de molar plana.


Comenzaremos por lijar ligeramente el asiento de las nuevas anillas de tal manera qué, colocadas en plano, se mantengan perfectamente en pie.



Visto este punto procederemos a lijar, en forma de ligera diagonal, el comienzo de cada pata con el fin de qué, llegado el nuevo hilo a este extremo durante el anillado, pueda subir dejando el mínimo escalón tras de sí.

Colocamos la nueva anilla sobre la vara, utilizando como referencia para ello las marcas que obtuvimos durante la retirada.
Podemos, o bien fijar las dos patas con un poco de pegamento caliente en barra o, como en este caso, sujetando firmemente siempre la pata que va en dirección al puntero con un trocito de cinta adhesiva para comenzar el anillado siempre desde la pata que viene desde el talón.



El porqué es sencillo, la forma del asiento que va en dirección al puntero es mucho más fácil de manipular, si fuera necesario, a la hora de corregir una mala posición.

Por fin llega el momento de anillar, y para ello, fijaremos el extremo del hilo - podemos utilizar la pata de la anilla a fin de que nos sujete el cabo - y, dejando fijas firmemente un par de vueltas por detrás, comenzar con el proceso retirando el extremo sobrante del cabo tan pronto asienten las primeras vueltas reales.



El ancho del hilado es un punto importante a tener en cuenta. Existen pequeños trucos para evitar que nos pasemos y terminemos anillando toda la caña.
El mas habitual es utilizar la referencia del anillado antiguo, esto esta bien cuando se trata de retirar anillas del mismo tipo y diámetro pero, ¿y cuando son distintas?.
Los mejores en este campo, los maestros ingleses de la pesca a mosca, utilizan como referencia un objeto siempre a mano. El cúter o la paleta de madera, por ejemplo, son buenos referentes siempre a mano.

Es necesario recordar que, si vamos a colocar un extra de color, hemos de reservar esa porción de más que ocupará. Así que mejor vamos a ello intentando que, cada espira, se fije justo al lado de la anterior ayudándonos, cuando sea necesario, del útil de plástico o madera para comprimirlas al máximo.
Cuando nos veamos a poco menos de un centímetro, poco más o menos, del final de la anilla es hora de colocar una gaza, realizada en otro hilo para evitar equívocos, pinzándola en las ultimas vueltas hasta el final que nos permitirá el acabado sin nudos. 



Terminado el anillado, cortamos el extremo del hilo que estamos utilizando e introducimos la punta por la gaza del hilo de apoyo, tirando de sus dos extremos, y arrastrando con este el extremo del hilo de anillar. Este aspecto, que se ilustra mediante el hilo dorado sobre el trabajo en rojo en la imagen, permitirá ocultar el extremo de la cordura por dentro del mismo anillado. Una vez fuera el extremo del hilo, cúter en el nacimiento y en el final del hilo de trabajo y, terminamos un trabajo sin nudos.

Esta misma labor la podemos repetir, como se ha descrito, para el hilo de remate en color. Terminadas de anillar todas las sustituciones, antes de seguir con el siguiente paso, hay algo fundamental que comprobar.

Estamos trabajando con varas que rondan los 2 metros y algo en el caso de las repartidas, o el metro largo en el caso de las de tres tramos, y no hemos parado de darles meneos.

¿Quien firma que no hemos movido, siquiera, un par de milímetros alguna anilla? Mejor comprobarlo ahora que lamentarlo después.
Tirar un sedal desde el centro justo de la anilla inferior hasta la mitad precisa de la anilla superior o, incluso, del puntero si lo tenemos montado es una buena manera de comprobar la alineación antes de acabar. 

Es fundamental que hagamos lo posible para que, al menos estas dos anillas, estén siempre perfectamente alineadas.





La protección del color.

La resina que vamos a utilizar para fijar las anillas tiene muchas cualidades, pero un gran defecto.
Oscurece los colores naturales del hilo escogido. Este efecto, buscado algunas veces para realizar anillados mas discretos, no suele ser el deseado si queremos mantener la viveza del color escogido, así que para ello, nos vemos obligados a escoger.
Preservar el color mediante un protector o utilizar hilos de la gama llamada NCP, es decir que conservan su color tras este proceso y que, por supuesto, ... salen más caros.

Aún así, no deja de ser curioso que, incluso estos, se terminen oscureciendo algo, así que vamos a optar por la primera opción pero evitando comprar el protector "oficial" recomendado, que vale unos euros, sustituyéndole por otro componente mas económico y con un más que aceptable resultado, la cola blanca.



Un pincel que no suelte pelo, cola de carpintero diluida en aguas y un paño que nos libere del exceso de cola, nos serán suficientes para asegurarnos que, en la medida de lo posible, los colores elegidos no sufrirán cambios notables.
Dejemos, ahora, reposar durante un par de horas nuestra vara. Vamos a tomar un respiro para acabar la labor.

La resina epoxi. El alma del acabado.

Si algo va a definir un buen anillado de uno más, será este paso.
De él dependerá que nuestra caña presente una presentación con calidad aceptable o que se convierta en un desastre.



Aquí se define el resultado y, para esta labor, no nos andaremos por las ramas.




El pegamento epoxi es, sin duda, la piedra angular de todo el trabajo.
Sí, nuestra paciencia y tenacidad nos han llevado a realizar un exquisito trabajo de cordaje en nuestra vara, de poco valdrá si no acertamos correctamente con el remate de la misma. Conozcamos el procedimiento de este singular componente y, disfrutemos de la labor. El final esta muy cerca y, nuestro trabajo, pronto tendrá final.

Procediendo con el epoxi.

Para la labor final, necesitaremos:

-Resina epoxi de dos componentes. Hay mil, pero una destaca sobradamente. La firma Flex-coat, cara en su adquisición, rentable a la larga. Un bote de 4 onzas, equivale a casi ciento veinte mililitros. Normalmente, para anillar las siete anillas de una vara utilizaremos sobre los 10/12 mililitros de cada compuesto así que, con cuatro onzas, tenemos para anillar completamente alrededor de 12 varas o, lo que es lo mismo, 84 anillas. 

-Dos jeringuillas milimetradas y un recipiente para mezclar. Nos servirán para ajustar a la milésima los componentes y realizar la mezcla.

-Una varilla fina. Basta con el mango de un pincel viejo que no suelte restos de pintura o madera.

-Pinceles. Que no suelte pelos por lo que más os duela, nos va el acabado en ello.

-Una bandejita. Para evitar los goteos y aprovechar lo que caiga.

-Un mechero de alcohol o una fuente de calor que no emita humos.



No me olvido. Es cierto que, normalmente, nos será necesario un soporte donde poder dar vueltas a nuestra vara mientras seca el epoxi, sobre todo, si optamos por el de secado lento, siendo muy recomendable el que éste, sea mecanizado. Si no disponemos de el nos tendremos que arreglar como podamos o usando epoxi de secado rapido.


Realizando la mezcla.

En primer lugar, tomaremos lo necesario de cada componente, para mezclarlos según instrucciones.

Normalmente, flex-coat, trabaja en dos tipos de secado. Rápido, 5 minutos de trabajo, 15 minutos de secado, uso en un par de horas, que no aconsejo salvo para reparar el puntero, que contemos con la suficiente habilidad para trabajar tan rápido o que no tengamos la dichosa maquina de secado, y el que se suele usar por medio mundo, 2 minutos de mezclado, 20 minutos de trabajo, secado en 2 horas, uso en 24.

Partiendo de este último, solo nos resta extraer la dosis necesaria, y, nada mejor para ello, que unas jeringuillas milimetradas.



Como veis, cada una de ellas tiene colocado un color que asemejo a los componentes de cada uno de los compuestos. Mucho ojo en estos detalles. Sí, por error, introducís la jeringa que ha contenido un compuesto en el equivocado, acabáis de estropear irremediablemente ese compuesto y, a no ser que lo utilizáis todo de una vez de manera inmediata, terminará en la basura, atención a a la hora de mezclar componentes.

Realizada la mezcla, tras batirla alrededor de un par de minutos, el compuesto presentara un aspecto homogéneo muy similar a la melaza. Si seguimos batiendo un par de minutos mas, y la relación de componentes es la adecuada, veremos como se vuelve cada vez más transparente.

Conviene que os esmeréis en la mezcla a fin de que el producto ligue bien y, si os es posible, lo hagáis en un recipiente de base ancha para minimizar las inevitables burbujas de aire que contendrá. Para ello, nada mejor que un ritmo constante sin demasiadas prisas.

Llegados aquí, y mientras la maquina hace girar la vara, solo nos queda esparcir el flex-coat por el anillado retocando y esparciendo el epoxi.



Siempre es preferible dos capas finas a una gruesa. Parece lo mismo pero, no es igual a la hora de corregir errores.

Poco a poco, veremos el resultado. Un poco más aquí, una retirada de ese exceso y, ... a seguir dando vueltas.

A veces puede ocurrir que veamos como alguna burbuja aparece en el epoxi poniendo en peligro la calidad del trabajo.

Es el momento de corregirlas. Una aplicación de calor, por encima siempre del pegamento para calentar el aire de alrededor, y que la expansión del aire de la burbuja se encargue de hacerla salir a la superficie limpiamente.



Ya solo nos resta ver como, el resultado, aparece poco a poco ante nuestros ojos.



Eso si, manos fuera hasta dentro dentro de cuatro horas como mínimo. ¿Cuantos anillados impecables se han estropeado por las huellas impacientes de algunos?.

Mejor dejémosla a salvo del polvo y de accidentales toqueteos. Al fin y al cabo, hasta dentro de un mínimo de 72 horas no se recomienda su uso.

El resultado.

Volver a tener entre nuestras manos, y en acción de pesca, esa caña que quedo olvidada o reparar nuestra vara preferida, más que suficiente recompensa.




                                                                


                                                            

                                                                               Tutorial de: "surfcastingcadiz"




No hay comentarios: