domingo, 17 de marzo de 2013

Guía de iniciación a la pesca costera: 5-Pesca en el puerto



         Guía de iniciación a la pesca costera

                    5-Pesca en el puerto




El puerto, especialmente si es de tipo pesquero, es un lugar ideal para la pesca deportiva. En los lechos portuarios siempre existe abundancia de alimento y, además, constituyen un buen refugio para los alevines de muchas especies.
Como es obvio, podemos pescar aquí tanto de día como de noche, pero ahora nos vamos a referir a su modo nocturno, ideal para las grandes capturas. 
Lo que siempre debemos tener en cuenta antes de comenzar es, primeramente, el grado de limpieza de sus aguas, pues no es raro que la contaminación que sufren algunas dársenas –sobre todo las que cuentan con mayor actividad comercial- invalide de antemano nuestro intento.
Tampoco debemos olvidar que existen algunos puertos o ciertas zonas de los mismos donde la pesca se encuentra vedada, sobre todo por las molestias que esta actividad podría causar a la actividad portuaria...


Una vez aclarados estos dos puntos, si nos decidimos a pescar, habremos de saber que estos lugares de aguas quietas y siempre cómodos, son ideales para la captura de muchas especies que no encontraríamos juntas en otros lugares. Por tanto, lo mejor será preparar nuestro aparejo para una pesca bastante indiscriminada y, a menudo, sorprendente: sargos, salmonetes, doradas, lubinas, bogas, panchos, lábridos y mugílidos, rivalizarán con peces de características pelágicas como los chicharros o jureles, que permanecen varios meses al año en el interior de las bahías ricas en alimento.




Por tanto, lo mejor será emplear cebos y aparejos “generalistas”. En este sentido, con las primeras sombras de la noche, puede probar a echar sus aparejos a fondo, con anzuelos de mediano o pequeño tamaño, cebando con gusana o lombriz de mar (muchos puertos tienen el fondo de cieno y arena y crían gusanas, con lo que existirán abundantes peces que buscan estos anélidos) o cualquier otro cebo de amplio espectro, como el mejillón o la gamba.
Cualquier lugar donde lancemos será bueno, así que no debemos complicarnos la existencia con potentes cañas, ya que tanto arrimados a la pared o en el centro de la bahía es posible clavar diversas especies. Incluso pegando nuestro aparejo a la pared del muelle, haremos buenas capturas.
También puede apostarse en la bocana –esto es entre las puntas de los muelles que cierran el puerto- y situar su aparejo a media agua, sosteniéndolo a pulso mediante una larga caña y cebado con un buen pedazo de anchoa, calamar, sardina etc.
Esta estrategia de pesca, tanto de noche como en las horas previas, puede reportarle importantes capturas, pues piense que hay muchos peces que entran y salen del puerto, bien con la marea, bien con el cambio nocturno/diurno, que tendrán que pasar por ahí y encontrarán la carnada que usted a dispuesto en su paso obligado.  




Por último, cuando la mar es azotada por el temporal, muchos peces dejan de comer y buscan la protección del fondo, pero otros se dirigen a las aguas más tranquilas de los puertos donde siguen alimentándose. Esta costumbre puede brindarle la oportunidad de realizar una captura de ensueño en un sitio aparentemente inesperado.




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