LA PRESIÓN ATMOSFERICA.
"INFLUENCIA EN LA PESCA Y EL CLIMA"
Disponer de un barómetro y saber cómo utilizar sus indicaciones puede ser un factor determinante para planear las salidas de pesca, ya que gracias a él podremos conocer con relativa antelación la tendencia del tiempo, y si reflejamos en una especie de libro de notas o cuaderno las diferentes variables de cada una de nuestras salidas de pesca, éste nos proporcionará al cabo de algún tiempo una información de gran valor, ya que podremos comprobar las coincidencias entre estas variables y el máximo número de capturas.
El barómetro nos indica la presión atmosférica, o peso de la columna de aire que existe por encima del mismo, y teniendo en cuenta que el aire pesa más cuando está seco que húmedo, presiones altas indicarán tiempo seco, y presiones bajas, tiempo húmedo o lluvia. Y con independencia de una indicación de presión baja, será necesario que la temperatura se enfríe para que la humedad se condense y la lluvia se produzca; la condensación que se produce en los cristales de cualquier habitación o en el coche durante el invierno es un buen ejemplo de este fenómeno, ya que el aire caliente puede contener más humedad que el aire frío. Es un hecho conocido que la lluvia dulcifica la temperatura, ya que el cambio de vapor de agua en agua, al condensarse, desprende calor, fenómeno que frena el enfriamiento de la atmósfera. Los valores de la presión se expresan en milibares o mm. de columna de mercurio, considerándose como el valor normal al nivel del mar el de 760 mm. o 1.013,3 milibares; por debajo de esos valores las presiones se consideran bajas, y por encima altas...
Pero más importante que los valores absolutos indicados por el barómetro son sus variaciones o tendencias, entendiendo como tendencia el aumento o disminución de la presión en un intervalo de tres horas; un descenso lento y continuo anuncia la presencia de viento durante algunos días, y un descenso rápido trae el viento de forma inmediata. Si la caída es pequeña, el viento será débil; si es amplia, el viento será fuerte. De ahí viene el dicho: «Si el barómetro desciende con suavidad, trae viento y aun tempestad».
Una subida lenta y prolongada nos asegura buen tiempo durante los dos o tres días siguientes, en tanto que si la subida es muy rápida, habrá una mejora de corta duración. Cualquier descenso de la presión barométrica es, casi siempre, un indicador de mal tiempo.
A partir de las lecturas del barómetro en diversos lugares, se confeccionan las llamadas curvas isóbaras o isobáricas, curvas que unen los puntos que tienen la misma presión, y es evidente que el aire pasará de los puntos en que la presión es alta a aquellos en que es más baja, por lo que el viento soplará en la dirección correspondiente a la línea que une dichos puntos, y será más fuerte cuanto mayor sea la diferencia de presión entre dos lugares situados a una unidad de distancia determinada, o lo que viene a ser lo mismo, cuanto más estrecha o menor sea la distancia entre las citadas curvas.
Disponiendo de un mapa isobárico, que suele aparecer en algún periódico todos los días, se puede deducir la dirección y fuerza del viento a la vista del mismo.
Si el punto interior de las curvas isobáricas señalan la presión mínima, se dice que en ese punto existe un ciclón, y si, por el contrario, señalan una presión máxima, nos encontraremos frente a un anticiclón.
En el caso del ciclón, el viento se dirige hacia ese punto desde todas partes, y se forma una columna de aire que se eleva para dejar espacio; esta columna de aire puede condensarse en la atmósfera, originando lluvias.
Pero si lo que existe es una presión máxima o anticiclón, el aire saldrá de ese punto siendo sustituido por aire de las capas altas de la atmósfera, aire generalmente seco, lo que predice tiempo estable y cielos despejados.
Asimismo la presión atmosférica tiene una influencia decisiva sobre el comportamiento de los peces, ya que éstos son muy sensibles a sus variaciones, y cuando la presión baja de forma rápida, anunciando una perturbación, aquéllos dejan de alimentarse y se van en busca de grandes fondos. Pero al igual que su instinto les señala de forma anticipada la llegada del mal tiempo que presagia la brusca caída del barómetro, es capaz de indicarles de forma anticipada el momento en que las buenas condiciones vuelven, y antes del final de la tormenta volverán a las zonas de caza en busca de gusanos, moluscos o crustáceos que las grandes olas han removido de sus emplazamientos y de los que pueden alimentarse sin grandes esfuerzos.
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